Situada a 20 minutos de navegación, al abrigo de majestuosos acantilados, aparece “Cala Cerrada”. Un enclave privilegiado de la costa, donde la claridad de las aguas y la luz solar han conseguido unos fondos marinos de extraordinaria belleza. La propia configuración de la costa, junto con la protección de los riscos y montañas, permite disfrutar del buceo en zona de aguas tranquilas, que, con sus dos playas, hace de ésta una zona ideal para actividades de formación, cursos y bautizos. |
Dentro de la Cala, en fondos de hasta 14 metros de profundidad, encontramos una amplia y abundante pradera de Posidonia Oceánica, la cual además de ser indicativo de la excelente calidad de sus aguas, da refugio y protección a la fauna de la zona. Es aquí donde a veces se pueden observar especies poco comunes como el pez de San Pedro o incluso Caballitos de Mar.
Es ya en el exterior de la cala, donde podemos llegar a alcanzar los 30 metros de profundidad. |
En la cara de poniente, a unos 22 metros de profundidad podemos observar una pequeña barca hundida, normalmente habitada por congrios y morenas. Siguiendo el perfil de la pared, cabe destacar una gran piedra donde encontraremos gran variedad y aglomeración de vida y cerca de la cual a menudo se deja ver un gran mero. Diseminados por todo el fondo, aparecen bloques de rocas amontonadas, como consecuencia de desprendimientos y modelados del acantilado, siendo dignos de mención por sus contraluces y tonalidades. En estas aguas es fácil la observación de numerosas especies, como brótolas, lechas, sargos, obladas, barracudas, etc. También es posible encontrarse con grandes individuos de congrios, morenas y meros, que se refugian en zonas cada vez más profundas. |